Ramos de novia

 

En diferentes culturas  y civilizaciones a lo largo de la historia, el uso de ramo de novia fue siempre concebido con fines religiosos y emotivos, cuando al concluir la ceremonia nupcial las consortes ofrendaban a sus respectivos dioses este ramo con el fin de ser protegidas durante su matrimonio y tener descendencia sana y copiosa.

En la actualidad, a pesar de que algunas novias suelen también ofrendar sus ramos en los altares o en las tumbas de sus seres más queridos, el ramo de novia representa el accesorio más importante en todo el look.

Modistos y estilistas podrán dar merecida importancia a los vestidos y peinados de novia, pero sin duda alguna, el ramo de novia se convertirá en el broche de oro en toda la producción estética de la novia.

Cabe señalar que dentro de todo el evento llamado Boda, todas las miradas y el centro principal de atracción será siempre ella, la novia, quien por supuesto deberá estar decorada oportunamente pero lejos de sentirse disfrazada por haberse dejado influenciar por su madre, suegra o amigas.

 Dentro de las florerías especializadas se observa normalmente un tráfico de diversas composiciones florales que por lo general están orientadas al plano de la regalaría, el romance u otros compromisos sociales, pero cuando llega el momento de confeccionar un RAMO DE NOVIA es cuando este profesional aplica sus conocimientos florales para acercarlos directamente al cuerpo humano.

 

 La confección de un ramo de novia es entonces la consagración del florista ya que en esta instancia es cuando él debe verter todos sus conocimientos técnicos para armonizar con una contextura, una personalidad y un estilo de vestuario entre otros importantes factores.

Por estas razones es muy recomendable que la novia prefiera siempre un florista experto y establecido

 Las flores son el elemento más seductor del planeta lo cual ha llevado a muchas personas, en plan hobby o comercial, a pretender sentirse floristas sin serlo realmente.

 

 Es característico escuchar a las novias decir que la “amiga tal” o la “tía cual”  se encargarán de hacerles un ramo de novia y más peligroso aun, cuando además se han comprometido para la decoración de su altar y fiesta, o simplemente cuando la empresa encargada de la producción de la fiesta les ha considerado a ciegas todos los arreglos florales, ramo de novia incluido, dentro de una “promoción especial”

 

Es en estos momentos cuando la novia…

 

  - Se ve obligada a llevar un ramo de novia que no sale de un formato tieso en un fardo de flores atadas

  - No puede contar con un tocado, corsage o boutonier apropiado y armonioso con su ramo

  - Termina defraudada  al descubrir que no eran las tonalidades encargadas originalmente

  - Sufre por la falta de cumplimiento de su pariente a amiga quien por falta de stock o desconocimiento del mercado no pudo abastecerse del material preciso para la ocasión.

 

 Estos accidentes entre otros tantos más son producto de la inexperiencia de las personas que por desconocimiento o economía se ponen en manos de pseudo floristas que finalmente terminan por opacar uno de los momentos más importantes y sensibles en la vida de las mujeres.

 Las revistas de moda con colecciones de vestidos de novia no están verdaderamente dirigidas a exponer alternativas florales reales ni ramos de novia, ya que su fin fotográfico es casi siempre realzar trajes y no composiciones florales.

 

 La novia debe estar profesionalmente asistida por profesionales de diversos ámbitos, es decir por un buen florista, modisto, estilista y maquillador. Todos ellos por separado deberán contribuir a con el resultado armonioso en la producción estética total de la novia. De esta forma ella se sentirá apoyada y fielmente interpreta.

 

 A diferencia de las novias europeas, latinas o norteamericanas, la novia chilena recurre siempre a vestidos de corte extremadamente simples y en tonos crudos por temor a transgredir gustos establecidos en el país, perdiendo un poco de glamour y desaprovechando muchas veces la oportunidad de verse como lo soñaron desde niñas, con sus colores, líneas y formas ideales.

 

 Tener presente también que jamás deben pensar en sentirse parte de la decoración ni del altar. La novia, en su condición de “estrella del evento”, no esta obligada a formar parte de la armonía floral del entorno. No es requisito. Ella puede lucir libremente su estilo y colores de preferencia absolutamente desligada de la decoración ambiental.

 

 

 Es recomendable que las novias mediten profundamente acerca de como desean verse en ese momento único y que tengan el valor de darse en el gusto a si mismas.